No siempre es fácil tomar decisiones. Puede resultar duro, difícil e incluso contraproducente para tus intereses. Pero a veces hay que hacerlo, como un pequeño sacrificio personal que desemboque en una situacion idónea para continuar tu estrategia.
En esa situación me he visto en los últimos días, presionado y acorralado en todos los frentes. Es por eso que he tomado 2 decisiones importantes dentro de mi estrategia de lucha contra un sistema que cree que le pertenezco, que cree ser mi dueño...
- PERÍODO DE ABSTINENCIA VOLUNTARIA:
El 30 de Marzo fué mi primer día de abstinencia voluntaria. Los objetivos de esta difícil y sacrificada decisión, para mí que consumo Cannabis desde hace 14 años, son varios, pero todos encaminados a un mismo fin: crear un clima provisional de distensión en mi entorno laboral y evitar la nada conveniente coincidencia de los dos procesos que actualmente me afectan (proceso administrativo y proceso antidroga).
No tengo ningún miedo a este período de abstinencia ni me supone excesivo problema. Conozco perfectamente los efectos fisiológicos que tendrá como consecuencia en mi organismo, efectos que nada pueden contra la fuerza de mi capacidad de autocontrol.
Y de paso me servirá para demostrar que mi consumo de Cannabis no es compulsivo, sino responsable y controlado... no estoy 'enganchado', ¡¡¡consumo porque me da la gana y cuando me apetece!!!
- INCREMENTO DE LA LUCHA:
Está claro que no voy a permitir que Papá Estado pisotée mi dignidad y mi libertad gratuítamente. Toda acción conlleva una reacción, y este caso no va a ser menos...
En la práctica voy a traducir dicha reacción, cuando llegue el momento conveniente, en cuadruplicar mi lucha en todos frentes tanto dentro como fuera de mi recinto laboral. Dicha medida de defensa directa de mi libertad individual irá acompañada de otras indirectas, como, por ejemplo, la búsqueda de alternativas laborales a un trabajo que, sinceramente, no es mi máxima aspiración en la vida.
Estas dos decisiones están muy bien, pero en realidad todo el plan es un gran castillo de naipes que puede venirse abajo con la más mínima vibración, en especial si dicha vibración viene en forma de tercer control antidroga que, presuntamente y visto lo visto hasta ahora, podría producirse, antes de que los últimos trazos del Cannabis abandonen mi cuerpo.
Si ello ocurre, lo cual es muy probable, los siete jinetes del Apocalipsis se abalanzarán sobre mí, y entonces sólo habrá un plan posible: la defensa propia.